martes, 27 de diciembre de 2011

LA RISA, analgésico natural.

Numerosos estudios han promovido la risa como una fuente de salud y bienestar.
Solo el acto de sonreír ya pone en marcha un gran número de músculos del organismo, más de 300. Además, según una investigación reciente, la risa puede actuar como analgésico natural.


Una investigación de la Universidad de Oxford, publicada en la revista "Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences", lo confirma. La risa puede ser un calmante natural de lo más efectivo. Los resultados ponen de manifiesto que quienes se ríen más son más capaces de soportar el dolor, en concreto, un 10% más. La condición: hay que reírse a carcajadas para que el cuerpo segregue endorfinas que, además de crear euforia, alivien el dolor.
Un posible motivo, explican los científicos, sería el vaciamiento de aire de los pulmones que se da al realizar una carcajada.


La risa tiene efectos positivos sobre el sistema inmunológico: aumenta la producción de anticuerpos y activa las células protectoras.


Diversos estudios demostraron que la risa tiene efectos positivos en la regulación del sistema inmunológico, porque aumenta la producción de anticuerpos y activa ciertas células protectoras del organismo, como los linfocitos T citotóxicos, que son importantes para evitar la formación de tumores. Reír es tan necesario como dormir bien, llevar una vida saludable o practicar deporte.


En general, la risoterapia se utiliza para lograr estados de relajación y rejuvenecimiento o como coadyuvante para el control del estrés, la depresión, el insomnio o problemas cardiovasculares y respiratorios

lunes, 26 de diciembre de 2011

EMBARAZO. Motivos para visitar al médico

En esta etapa, es importante aprender a distinguir las situaciones y sensaciones normales de aquellas que no lo son.

El embarazo es un periodo muy especial. Una cosa es lo que se cuenta sobre él y otra muy distinta, vivirlo. Pueden darse mil consejos y recomendaciones, contarse experiencias, adelantar situaciones que han de vivirse... pero siempre habrá sensaciones, temores, sentimientos y síntomas personales que sorprenden, ante los cuales se desconoce cómo reaccionar. ¿Esto será normal o habrá que consultar al médico? Para evitar sustos innecesarios (o indiferencias peligrosas), enumeramos aquí una lista de cuestiones ante las cuales sí corresponde visitar a un especialista, al menos, para obtener tranquilidad.
Síntomas de mayor a menor gravedad
Los síntomas que requieren una visita al médico pueden clasificarse en tres grupos: graves, importantes y leves. Esta distinción no responde al problema, sino al grado de urgencia con el que se debe realizar la consulta.
Síntomas graves.
  • Hemorragia vaginal: si hay pérdida de sangre vaginal, se debe consultar al médico sin importar el tiempo de embarazo.
  • Pérdida de líquido transparente por la vagina: puede corresponder, tanto si es un hilillo de líquido o un goteo constante como si es un flujo repentino, a la rotura de membranas que se denomina "romper aguas". Si es antes de la semana 37, será una rotura prematura, con lo cual la urgencia de acudir a un médico será mayor.
  • Contracciones: si son dolorosas, periódicas y durante más de una hora, también será importante consultarlo con un médico lo antes posible. Podría indicar problemas si la embarazada aún no se encuentra en fecha de parto.
  • Disminución o ausencia de movimientos del bebé: habrá que consultar con el médico si esto ocurre durante más de 24 horas después de haber sentido sus giros o pataditas en cualquier momento del embarazo, o bien si no se notan movimientos después de la semana 24.
  • Fiebre, escalofríos, escozor al orinar, diarrea u otros síntomas de infección: cualquier infección puede ocasionar consecuencias negativas durante el embarazo. La fiebre, además de ser un síntoma, entraña en sí misma riesgos para el feto. La diarrea, por su parte, puede provocar deshidratación, que en la mujer embarazada (que consume recursos para su propio organismo y el de la criatura) supone mayor riesgo que para una persona en estado normal. El flujo vaginal que mancha la ropa de un color verdoso o amarillento y desprende un olor desagradable puede ser síntoma de una infección llamada vaginosis bacteriana; también puede haber una infección si surgen picazones y ardores en la zona de la vulva.
Síntomas importantes.
  • Tos: si se extiende durante más de 48 horas, es importante una revisión médica. Si además se tiene fiebre, mucho más, ya que puede padecerse neumonía, una enfermedad muy arriesgada para el embarazo.
  • Dolor de cabeza intenso, durante más de tres horas: puede deberse a una subida de tensión arterial. Si es superior a 140/90 mmHg (14/9, en términos coloquiales), puede ser un síntoma de preeclampsia, una complicación del embarazo ante la cual conviene actuar lo antes posible.
  • Trastornos visuales, como visión borrosa o doble.
  • Desmayos o vértigos, solo si se sufren en cantidad o si persisten después del cuarto mes de embarazo, ya que son un síntoma normal durante el primer trimestre.
  • Aumento de peso superior a 900 gramos semanales, siempre que no esté justificado por una ingesta de alimentos excesiva.
Síntomas leves.
  • Contracciones dolorosas durante las relaciones sexuales: podrían ocasionar, en casos extremos, un parto prematuro.
  • Dolores intensos en la zona ubicada por encima del estómago y debajo de la caja torácica.
  • Hinchazón en la cara, los ojos y las manos, así como en los pies (si bien es habitual que se hinchen durante el embarazo), cuando es muy notoria o prolongada en el tiempo.
  • Vómitos más de tres veces al día y durante varios días consecutivos. En especial, si se registran después del primer trimestre, lapso en el que son normales las náuseas matutinas: pueden deberse a enfermedades digestivas que no estén relacionadas con el embarazo y podrían acarrear también deshidratación.
Síntomas normales
El embarazo somete el cuerpo a una gran cantidad de cambios. Por tanto, es normal que se experimenten sensaciones nuevas (y no siempre agradables). Algunos síntomas normales durante esta etapa, ante los que no corresponde preocuparse, son:
  • Náuseas durante el primer trimestre.
  • Estreñimiento, un poco más del que se pueda sufrir cuando no se está embarazada.
  • Dolores de tipo menstrual, en la parte baja del abdomen (se deben al crecimiento del útero; lo habitual es que no se sientan después de unos minutos).
  • Orinar con mucha frecuencia.
  • Sufrir calambres.
  • Tener algunos desmayos.
  • Insomnio.
  • Celulitis.
  • Hinchazón de piernas y pies.
  • Fallos de memoria.
  • Más cansancio.
  • Dolor de espalda.
  • Aumento de la secreción de saliva y sudor.
No obstante, más allá de que estos síntomas se consideren normales, si se registran en una cantidad excesiva, también podrían aconsejar una consulta al médico. Siempre es adecuado aprovechar el asesoramiento del especialista para despejar todas las dudas que puedan surgir.

EMBARAZO. Amniocentesis: preguntas y respuestas.

AMNIOCENTESIS: DIAGNÓSTICO PRENATAL.

Implica un riesgo de aborto del 1%, pero permite detectar con precisión los defectos cromosómicos y genéticos del feto.


Un resultado de riesgo alto en el test combinado del primer trimestre de gestación o antecedentes familiares o de anteriores embarazos con anomalías son los principales criterios que se tienen en cuenta para recomendar a la mujer embarazada la realización de la amniocentesis. Esta técnica de diagnóstico prenatal, que se realiza en torno a la semana 15 de gestación, permite detectar posibles defectos cromosómicos y genéticos del feto e implica un riesgo de aborto alrededor del 1%.

1. ¿Qué es la amniocentesis?
La amniocentesis es una de las técnicas de diagnóstico prenatal invasivas que se llevan a cabo en las mujeres embarazadas para detectar defectos cromosómicos y genéticos como el síndrome de Down, de Edwards o de Turner, entre otros. Consiste en la extracción de líquido amniótico (entre 15 y 20 ml) mediante una punción bajo control ecográfico en el abdomen de la madre. Este líquido contiene células de la descamación de las membranas que rodean al feto y del mismo feto, que se cultivan para realizar las pruebas diagnósticas.

2. ¿Para quién se recomienda?
Hasta hace unos años, el sistema sanitario español utilizaba como criterio básico para recomendar la amniocentesis la edad de la madre (a partir de 35 o 38, según la comunidad autónoma), puesto que a esas edades el riesgo de anomalías cromosómicas se eleva de forma significativa. Sin embargo, hoy en día, es posible refinar el cálculo del riesgo por edad gracias a los marcadores que se obtienen con diferentes pruebas de detección (test bioquímico de sangre materna y ecografía) y, con ello, se consigue evitar un número importante de amniocentesis que siempre conllevan un riesgo.
Estas pruebas, denominadas test combinado del primer trimestre, se incluyen en la actualidad en los programas de diagnóstico prenatal de los diferentes sistemas sanitarios del país y permiten saber con una alta fiabilidad (85-90%) el riesgo de padecer anomalías cromosómicas. De este modo, las redes sanitarias aconsejan realizar una prueba invasiva como la amniocentesis solo a las embarazadas que obtengan un informe del test combinado con resultado de riesgo alto (mayor o igual a 1 entre 250-350, en función del corte establecido por cada autonomía) y a quienes tengan antecedentes de embarazos anteriores o familiares con anomalías.

3. ¿Cuándo se debe realizar?
Se puede efectuar entre la semanas 14 y 20 de gestación. Sin embargo, los especialistas recomiendan practicarla después de la semana 15, ya que el riesgo de aborto espontáneo es más elevado si se realiza la prueba durante el primer trimestre del embarazo.

4. ¿Es una prueba obligatoria?
No. La amniocentesis se ofrece para proporcionar un diagnóstico de certeza a las gestantes con un riesgo alto en las pruebas de detección previas, pero su aceptación o no es totalmente voluntaria. Al igual que el resto de pruebas que se realizan durante el embarazo, requiere del consentimiento informado de la mujer embarazada.

5. ¿Implica algún riesgo?
La prueba de la amniocentesis es una técnica segura, pero conlleva determinados riesgos. El más destacado es el aborto espontáneo después de la prueba, que ocurre, aproximadamente, en un 1% de los casos. Otros posibles riesgos son la punción fetal o del cordón durante la prueba, además de infección o hemorragia de la gestante en el periodo posterior a la realización de la técnica.

6. ¿Cuánto tardan los resultados?
Para tener un diagnóstico preciso y exacto de las células obtenidas mediante la amniocentesis, es necesario mantenerlas en cultivo durante un periodo aproximado de 14 días, de modo que el tiempo medio de espera desde la extracción de la muestra hasta la entrega del resultado final oscila, en general, entre tres y cuatro semanas.
Sin embargo, para evitar la ansiedad y preocupación de las gestantes durante este largo periodo, la mayoría de las redes sanitarias de nuestro país han implantado de forma protocolaria distintas técnicas de diagnóstico rápido (FISH o QF-PCR) que, al no requerir un cultivo de la muestra, permiten obtener un primer resultado de las principales anomalías cromosomáticas en tan solo 24 o 72 horas.

7. ¿Existen otras técnicas alternativas de diagnóstico precoz?
Además de la amniocentesis, la técnica invasiva de diagnóstico precoz que se propone con mayor frecuencia a las gestantes es la biopsia de corion. Consiste en la obtención de vellosidades coriales de la placenta en desarrollo y se realiza mediante una punción vía abdominal o vaginal, en función de la semana de gestación y la posición de la placenta. Se puede efectuar a partir de la décima semana de embarazo y, por tanto, si los resultados del cribado del primer trimestre han sido negativos, no es necesario esperar hasta la semana 15 como en la amniocentesis. El resultado se obtiene en 24-48 horas e implica un riesgo de aborto estimado entre un 1% y un 2%.



Nota: información extraída de rincondelasalud